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Reseña: ‘Nameless’


Portada de 'Nameless'

Ayer mismo leí este comic aunque fue publicado hace ya la friolera de cuatro años. Tenía ganas y buscaba ese momento de tranquilidad, y que mejor momento que encerrado en casa por la cuarentena, porque si digo que el guión viene de la mano de Grant Morrison, quien le conozca ya sabe que la cosa no será sencilla ni fácil, será un viaje intenso y sobre todo muy díficil de digerir en todos los aspectos. Sirva por lo tanto mi opinión tras conocer al escritor escocés después de leer su explosión creadora de Arkham Asylum. Sin más preámbulos, ¿qué tal es Nameless?

Sinopsis

Comenzaré por lo que nos muestra en un principio Nameless, nos presenta a un personaje por el cual recibe el nombre del comic, llamado «Sin nombre», que no es más que un estafador de poca monta que coge trabajillos para robar objetos, tesoros, etc, pero en el que no destaca su sutileza y buenos modales, como sería un ladrón de guante blanco, sino que resaltan sus modales bruscos y se muestra como un tipo realmente maleducado. Este individuo es contratado por unos multimillonarios para una misión definitiva de salvar el mundo. Un asteroide llamado «Xibalba», lleva un trayecto directo hacía La Tierra. Dicho asteroide tiene un símbolo tallado en su costado el cual revela la existencia de un planeta perdido de nuestro sistema solar, llamado «Marduk», el cual se entendía como destruido hace sesenta y cinco millones de años después de una guerra cósmica entre los habitantes de Marduk y unos dioses cuya finalidad es destruir toda vida existente. A partir de aquí, ya podéis imaginaros, la misión nos llevará al espacio hacía ese pedrusco que destruirá nuestro planeta si nosotros no lo impedimos.

Guión

Y toca hablar de la trama, si os digo que comienza apuntando muy alto, no engañaría a nadie, según se presenta la historia, tiene su enganche e interés, de hecho me llamó tanto la atención que los tres primeros capítulos de los seis que los conforman cayeron de un golpe, observando cada detalle que quería saber más y más, aunque su protagonista si os soy sincero, nos es nada llamativo, es un tipo con gran interés por el ocultismo con aire chulesco, prepotente y que en cada frase que suelta hay una palabrota, por lo no llega a interesar en lo más mínimo. Aun con esto el comic como digo propone cosas interesantes sobre todo por las numerosas referencias que se hacen a la religión y a la magia… pero por desgracia, la historia se va enfrascando en un ir y venir de pensamientos, realidades, nihilismo, violencia, terror… un «sinsentido» que cuando termina, prácticamente estas dando las gracias y diciéndote a ti mismo eso de ¿aquí termina? Pues sí, así termina y no hay más, vuelves a ojear por si te has perdido algo, pero no, la trama se hace mil pedazos y no hay nada más. El vacío = Grant Morrison.

Viñeta por Chris Burnham.

Dibujo

Lo más sobresaliente del comic sin dudarlo, Chris Burnham dibuja de maravilla y ya no solo eso, sino la calidad en el detalle, cada viñeta en su composición te muestra claramente lo que te quiere contar aun cuando llegado el momento, la historia, es de no saber donde agarrarse y lo único que lo salva es el bueno de Chris. El dibujo llega a ser tan bestial, que quedarán en mi memoria, cada detallito en aquellas escenas más cercanas al terror, en donde se muestra el sufrimiento, el dolor o la ira. En cuando al color, no llega a la línea del dibujo, pero está bien aplicado durante todo el tomo.

Conclusión

La obra de Grant Morrison siempre es dura, violenta, sangrienta y con buenas historias, al menos lo que conocía hasta ahora, pero Nameless mezcla todo eso con una historia que no me convenció y no convencerá a cualquier lector de comics, porque parece que el guion está solo para poder mostrarnos un arte extremadamente violento. Podrá interesar a aquellos que tengan entre sus aficiones el ocultismo o amor platónico por cualquier película de terror de ciencia ficción que se desarrolle en el espacio, pero poco más.

Soy de la opinión que por hacer algo enrevesado, que sea difícil de entender, no tiene porque ser bueno, a mucha gente este tipo de trabajos les encantará y dirán que no hay nada igual de maravilloso, pero no es así, no hay que engañar y hacer creer que es la ópera prima del autor y más cuando según terminas el comic el propio escritor (sí, lo juro que es así) desarrolla una explicación de cinco hojas sobre todo lo que nos intenta contar en cada una de las 157 páginas que tiene. Esto es un claro ejercicio de explicaciones innecesarias si lo que nos quiere contar fuera un puzle en la que sus fichas encajaran, pero no es así y por ello toda esa parrafada que desistí a la mitad intenta argumentar lo que no consigue en la totalidad de las viñetas. En resumen, no merece los 21€ que vale, es un comic que no volvería a leer ni por todas las explicaciones que de el señor Grant Morrison, ni por las referencias a la magia, a la religión, ni cábalas ni azar ni nada. Eso sí, si eres amante de su trabajo, de sus historias con millones de referencia, entonces sí te puede ser interesante y hasta, aunque me duela decirlo, te puede hasta gustar. Sería duro de comprender pero ahí entra la probabilidad, como lo que ocurre durante el comic, nada es lo que parece o sí… no sé…

  • Lo mejor: Los detalles en cada dibujo de Burnham y el comienzo intrigante de la historia que te absorbe y quieres más con cada hoja que terminas.
  • Lo peor: El personaje «Sin nombre» y por encima de ello, la historia en si misma, la cual se vuelve deshilachada con mil referencias y violencia a cantidades industriales según vamos avanzado, para llegar a un final que… ahí queda.
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